El yacimiento arqueológico de Irikaitz es uno de los más antiguos e importantes de la cornisa cantábrica. Este emplazamiento fue utilizado por nuestros antepasados desde hace 150.000 años, en el Paleolítico Inferior, como taller para fabricar herramientas de piedra.
Declarado Conjunto Monumental por el Gobierno vasco en 2001, su importancia radica en que se encuentra al aire libre y que los restos se hallan in situ, es decir, en el mismo lugar donde fueron tallados por el homo Heidelberg y los hombres de Cro-Magnon.
Descubierto en 1996 por miembros del grupo Antxieta, desde entonces sus ocho hectáreas acogen en verano a jóvenes estudiantes de arqueología de diferentes nacionalidades.
Durante todo estos años, se han encontrado aquí los útiles más antiguos de Euskadi, miles de restos de actividad humana datados en el Paleolítico Inferior (hace más de 150.000 años) y en el Paleolítico Superior (hace más de 25.000 años).